Se trata de un dolor generalmente de carácter opresivo ocasionado por insuficiente aporte de sangre a las células del músculo del corazón.
La presencia de un dolor de este tipo, indica la posibilidad de una afección cardíaca grave y aconseja la consulta inmediata a un servicio médico. Suele indicarse que el paciente permanezca lo más inmóvil posible y, de ser posible, sentado.